Allá donde los sueños viajan en metro. Los jóvenes van al psicólogo, empastillados, porque no pueden dormir por las noches. Los corazones rotos se amontonan bajo las farolas que iluminan restos de alcohol en las aceras de huertas. Una rubia déspota gobierna con mano de hierro estas tierras pretendiendo que paguemos al médico cada vez que tengamos un catarro.
A mamá y papá esto apenas les importa, pues bastante tienen con conseguir que las cuentas cuadren el día 31. Mi hermana mayor se pasa las noches hablando por el ordenador. El sonido de su móvil vibrando a todas horas es insoportable, casi ni me deja dormir. Caminas por la ciudad con los cascos puestos, encerrado en tu propia película, porque no sabes si estás preparado para afrontar la realidad que das de lado cada mañana. Y sin embargo huele. Huele a basura, a pescado podrido; a manta sudada y a comida de supermercado caducada; a fruta pasada y a perro mojado.
Y te evades de todo esto porque quieres, porque no te queda otra. Y cada día sale más gente a la calle, pero no a manifestarse (que también) sino porque la echan a patadas. Porque tu tío, ese joven prometedor que tuvo que ponerse a trabajar a los catorce años porque su padre no vendía suficientes relojes para comer en casa, tras casi 40 años trabajando en una empresa, resulta que no es rentable para los de arriba. Y le largan; y entonces cae el telón de tu fantástico cuento de hadas, de tus desvaríos, amores y desamores, de tus tardes tumbado en el césped aprendiendo a tocar el violín en vez de estar haciendo integrales.
Sustituyes las noches de sexo y alcohol por madrugadas en el mc auto, preguntando a las 3 de la mañana a pokeros en su seat león si quieren pepinillos o no en su Bic Mac. Aprendes un montón de cosas entre las freidoras del mcdonalds.
Ya no sales por ahi de la misma manera, en el fondo una parte de ti agradece el trabajo no sólo por la inmensa suerte que has tenido de encontrarlo, sino porque ahora has roto un poco esa burbuja egocéntrica que aislaba tu vida y puedes permitirte el lujo, de vez en cuando, de respirar aire fresco.Los libros sustituyen a la música en los trayectos en metro, y de vez en cuando aparece alguno que no puedes evitar recomendar a tus amigos, como "El vendedor de sueños" o "Pedro Páramo".
Y es cuando te sientes un pelín liberado de la asfixiante atmósfera que crea nuestro sistema social, que te preguntas ¿cómo puedo cambiarlo? Y recuerdas una de las magníficas charlas matutinas de Mariano Soler en las que te plantaba en la pizarra un problema imposible, típico de un lunes a las 8 y media de la mañana, aderezado con la frase "No me sean gañanes, piensen que si no puedo resolver el problema de golpe, A LO MEJOR puedo intentar dividirlo en pequeños cachitos, e ir resolviéndolos por separado..."
domingo, 26 de febrero de 2012
viernes, 10 de febrero de 2012
¿Por qué?
Porque lo vales, no porque nadie lo espere de ti. Porque lo que realmente importa no es lo que tengas, sino lo que eres capaz de conseguir, lo que hagas con lo que tienes. Porque según los estudios sólo usamos un mínimo porcentaje de la capacidad de nuestro cerebro, porque
Porque todo depende del punto de vista con el que lo enfoques, porque nadie puede decirte que no eres capaz de conseguir algo. Porque al final, por muy distintos que parezcamos, todos vamos a acabar yéndonos de este mundo tarde o temprano, porque si las cosas van mal ¿no deberíamos intentar arrojar un poquito de luz? porque los nutricionistas aún no han conseguido demostrar todas las magníficas propiedades que proporciona la sonrisa a nuestro cuerpo, especialmente los lunes por la mañana. Porque tropezarse no parece divertido, pero cuando llegas al final del camino te das cuenta de que esa era la mejor parte. Porque te quedan un montón de cosas por hacer todavia.
Porque cada mañana hay un sol espectante en tu ventana deseando despertarte, a pesar de las nubes asi que ya sabes, no cierres la persiana y dale una buen espectáculo a tu público.
Porque todo depende del punto de vista con el que lo enfoques, porque nadie puede decirte que no eres capaz de conseguir algo. Porque al final, por muy distintos que parezcamos, todos vamos a acabar yéndonos de este mundo tarde o temprano, porque si las cosas van mal ¿no deberíamos intentar arrojar un poquito de luz? porque los nutricionistas aún no han conseguido demostrar todas las magníficas propiedades que proporciona la sonrisa a nuestro cuerpo, especialmente los lunes por la mañana. Porque tropezarse no parece divertido, pero cuando llegas al final del camino te das cuenta de que esa era la mejor parte. Porque te quedan un montón de cosas por hacer todavia.
Porque cada mañana hay un sol espectante en tu ventana deseando despertarte, a pesar de las nubes asi que ya sabes, no cierres la persiana y dale una buen espectáculo a tu público.
martes, 7 de febrero de 2012
domingo, 5 de febrero de 2012
Se quitó las zapatillas para dejar que la arena de la playa solitaria acariciase sus pies. No pasaba ni un solo coche por la carretera, el sonido del mar discutiendo con el viento era lo único que llegaba a sus oidos.
No era verano pero le daba igual, estaba en casa. Recordó la última vez que habia pisado antes la playa, y le recorrió un escalofrío. Todo estaba tal y como lo había dejado, daba igual que él creciese o madurase, la playa seguía siendo la misma.
Encontró su rinconcito, cerró los ojos y dejó que la marea se llevase sus sentimientos.
No era verano pero le daba igual, estaba en casa. Recordó la última vez que habia pisado antes la playa, y le recorrió un escalofrío. Todo estaba tal y como lo había dejado, daba igual que él creciese o madurase, la playa seguía siendo la misma.
Encontró su rinconcito, cerró los ojos y dejó que la marea se llevase sus sentimientos.
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