sábado, 28 de mayo de 2016

Nunca dejes de creer

Para entender lo que ha pasado esta noche no basta con haber visto un partido. No vale con saber quién es el cholo, Falcao o Diego Costa. No vale con haber visto perder una final 4-1 en la prórroga o ganar una liga en el último partido, o recordar unos tiempos gloriosos lejanos de algo llamado "doblete".

Para entender lo que pasa tienes que saber quien es Peter Luccin, Georgios Seitaridis, Luis Amaranto Perea o Jimmy Floyd Hasselbaink. Tienes que haber visto a tu equipo bajar a segunda, entrar en quiebra y ser rescatado por los socios. Tienes que haber visto a tu equipo durante 15 años siendo incapaz de vencer al eterno rival, tienes que ir ganando a la Real Sociedad 2-0 al descanso y acabar perdiendo el partido 2-3; tienes que ver cómo los jugadores de la cantera se hacen mayores y se van a otros equipos en busca de la gloria que tu club es incapaz de darles. Tienes que ser torpe, tan torpe que acabes cayéndole bien a todo el mundo por las risas que se echan contigo. Tienes que ser capaz de lo mejor y de lo peor, sobre todo de lo peor... pero sobre todo, tienes que perder. Tienes que perder porque si no, no es real. Desde que venimos al mundo, nuestro entorno no hace más que inculcarnos una cultura para convertirnos en pseudo-ganadores. Nadie nos enseña que la vida es perder, perder y perder, tantas veces que ya todo te resbale, y hagas tuyo el lema "ganar, ganar y volver a ganar".

Esta noche he brindado por todos vosotros, perdedores, porque me habeis hecho creer, como llevan tantos años haciéndolo los que vinieron antes, como lo harán los que están por llegar. Nadie dijo que sería fácil, nadie dijo que no iba a doler, pero nadie nos podrá quitar la sensación de haber llegado hasta este punto. Si en la vida se pierde más que se gana, prefiero perder con vosotros. Mañana todos seguiremos luchando por aquello en lo que creemos, porque hay una cosa que sacamos en claro de todo esto: nunca vamos a dejar de creer.