lunes, 24 de noviembre de 2014

23 años


https://www.youtube.com/watch?v=-ORgmhQnHSc

Se miraba fijamente en el espejo mientras repasaba la raya de los ojos. Procuraba tocar su cara con la mayor delicadeza posible para evitar estropear el maquillaje. Tenía ante sí misma la imagen de un fantasma, apenas imperceptible, pero delicadamente bello. Sabía que un exceso de vanidad podía jugar en su contra, pero qué leches, una vez llegada a este punto todas esas chorradas le daban igual. Tenía un aspecto precioso, tanto que sabía que iba a ser de las más destacadas de la actuación.
Estaba cansada de una vida llena de aceptaciones, de asumir las cosas sin cuestionarse y hacer continuamente lo correcto. Siempre buscando la aprobación de los demás, siempre teniendo que cumplir las expectativas porque, ¿qué iba a hacer si no lo conseguía? ¿Cómo vivir sabiendo que eres una decepción para los demás? Y de esta manera vivió durante 23 años, haciendo felices a los demás.

Se acabó. Decidió no volver a asumir responsabilidades por una vida de la que no pudiese llevar las riendas ella sola. Fue una dura lucha, y una larga discusión. Los adioses supieron amargos, y las lágrimas no siempre fueron en compañía, pero su corazón nunca volvió a dejar de darle calor.

Repasó en su cabeza las primeras palabras de su texto mientras se ataba los zapatos. "Ahora me veo, ahora me siento..." Sonreía para sus adentros porque sabía que, a diferencia de durante los ensayos, esta noche iba a decirlo de verdad. Hizo los ejercicios de calentamiento, se abrazó a sus compañeros pero evitó echar un vistazo por el telón para ver cuánta gente había acudido. Con el sonido de las butacas bajándose podía hacerse una idea de que habían asistido un montón de personas. Se apagaron las luces, comenzó a sonar la música. Entró en un trance con ella, y cuando apareció la nota que marcaba su salida, acudió al encuentro de los focos.

Allí estaban, en primera fila, mirándola fijamente. Todos estos años le habían repetido que siempre le apoyarían, que deseaban lo mejor para ella pero ha sido tan estúpida que sólo tras veintitrés años de sometimiento a su propia conciencia, por fin era capaz de ver las cosas como eran. Como siempre han sido.

Lloró ella, lloró la primera fila y lloramos todos en aquella actuación.



5/9/1946-24/11/1991 Gracias por seguir ayudándonos a atrevernos a volar.


martes, 4 de noviembre de 2014

Dulce

Abrir los ojos y ver que hoy te toca dormir una hora más es dulce. El sabor de las galletas mojadas en el colacao es dulce. La pasta de dientes con sabor a fresa también es dulce. Salir por la puerta de casa y acertar llevando cazadora porque así no vas a pasar frío mientras esperas en la parada del autobús es muy dulce. Dar con la canción que te despierte antes de bajar del autobús también es dulce. Quitarte los cascos porque tu violinista particular está interpretando una nueva canción que no conoces es de las cosas más dulces que te pueden regalar por la mañana. Encontrarte en el vagón del metro con alguien que hacía demasiado tiempo que no veías puede ser realmente dulce. El olor de los bollos recién salidos del horno puede resultarte extremadamente dulce si ya has desayunado.

Pero el dulce matutino perfecto, el que en mi opinión tiene la graduación equilibrada, es el que te dan un tipo muy especial de personas a las  que sólo dedicas un par de segundos, minutos a los sumo, de tu largo día, pero que pase lo que pase siempre tienen para ti una sonrisa.