martes, 4 de noviembre de 2014

Dulce

Abrir los ojos y ver que hoy te toca dormir una hora más es dulce. El sabor de las galletas mojadas en el colacao es dulce. La pasta de dientes con sabor a fresa también es dulce. Salir por la puerta de casa y acertar llevando cazadora porque así no vas a pasar frío mientras esperas en la parada del autobús es muy dulce. Dar con la canción que te despierte antes de bajar del autobús también es dulce. Quitarte los cascos porque tu violinista particular está interpretando una nueva canción que no conoces es de las cosas más dulces que te pueden regalar por la mañana. Encontrarte en el vagón del metro con alguien que hacía demasiado tiempo que no veías puede ser realmente dulce. El olor de los bollos recién salidos del horno puede resultarte extremadamente dulce si ya has desayunado.

Pero el dulce matutino perfecto, el que en mi opinión tiene la graduación equilibrada, es el que te dan un tipo muy especial de personas a las  que sólo dedicas un par de segundos, minutos a los sumo, de tu largo día, pero que pase lo que pase siempre tienen para ti una sonrisa.

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