jueves, 5 de enero de 2017

Lo que no voy a decirte

Siento no poder detenerme, de verdad que me da mucha rabia, pero no puedo, no me sale. No me sale como me salía ir a buscarte a casa para sacarte una sonrisa, o soltarte una gilipollez cada mañana. Me encanta mi camino y no puedo dejar de recorrerlo. Sería genial hacer un tramito juntos, por ver que pasa, pero no voy a sentarme a esperarte, porque no quiero esperar. Quiero llegar lo más lejos posible, ponerme nervioso porque el tiempo se me escapa de las manos y darme cuenta de que hay muchísimas cosas que no voy a dominar porque son demasiadas. Hay tanta, tanta gente fascinante en el mundo que no tiene sentido sentarnos a mirarnos y preguntarnos que pasa, ¿por qué no hablar mientras nos movemos? Mientras lees esto no quiero que encuentres una pizca de rencor, porque el lamento es lo último que me viene a la cabeza cuando pienso en ti. Quiero decir, pienso, que ha sido maravilloso todo este tiempo empleado hasta llegar a conocerte, que me siento muy afortunado de haber podido compartirlo contigo, nunca me voy a olvidar de todos esos momentos que serán siempre nuestros, pero a partir de aquí sigo yo solo. No puedo dejar de sentirme libre por encima de todo.

Gracias por todo, ojalá volvamos a encontrarnos de la manera más caótica posible.

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