domingo, 9 de octubre de 2016

Sol

https://www.youtube.com/watch?v=F71R3RrAsbA

Vivimos en un mundo donde se premia la mediocridad y se ataca al que destaca. Donde uno de los candidatos a la presidencia del país más influyente del mundo es un orguloso, misógino racista que no siente el más mínimo respeto por los valores más básicos que han sido inculcados y no contento con ello, se jacta continuamente delante de los medios de comunicación de todas aquellas personas que tienen respeto por sus semejantes. En Colombia, hace unos días, el pueblo se sometió a un referéndum para finalizar el conflicto armado con un grupo guerrillero que durante 50 años había asesinado, secuestrado, robado y mutilado a gente inocente por el simple hecho de tener unos ideales diferentes. Pues bien, de cada 10 personas solo 4 acudieron a votar, ganando el "no a la paz" por un pírrico 50'21%, es decir, de esas 4 personas que fueron a votar, 2 dijeron si y otras 2 que no, pero las del no gritaron un poquito mas alto. Vivimos en un mundo donde para "vivir bien" es necesario sustentarse sobre una gran base de capital humano que produce, con salarios increiblemente ofensivos, todas y cada una de nuestras necesidades. El machismo sigue paseándose de manera lastimosa por nuestras calles, se sigue juzgando cruelmente a las minorías, no solo a los que piensan distinto, sino a los que, respetando a sus semejantes, simplemente realizan conductas que no somos capaces de comprender. Vivimos en un mundo donde las redes sociales están llenas de valientes que son capaces de hablar de cualquier tema que se ponga de moda, por absurdo que sea, pero que son incapaces de mirar a los ojos a las personas que aman e intentar expresar sus sentimientos. Vivimos en un mundo donde se valoran más las palabras que los hechos.

Y aun así, a pesar de todo esto, vivimos en un mundo infectado de rebeldes, de personas que vomitan con los "cánones establecidos" y que, sin renunciar a todo lo bueno que nos da la convivencia con sus semejantes, dinamitan el sistema desde dentro con "pequeños" actos. Está multado por ley tocar en las calles a partir de determinadas horas, sin embargo las calles están llenas de músicos tocando por mero placer, o para conseguir el dinero necesario para comer. Numerosas ciudades dijeron "hola" a los inmigrantes que huían de la guerra de sus países, a pesar de que Europa intentase poner barreras. Quién sabe cuántas mujeres habrán tragado con la represión machista aguardando su momento para alzar la voz y decir "aquí estoy, no estás sola", cuanta gente decidió perdonar a los asesinos de sus familias solo para romper con la cadena de odio, un cáncer derivado del que posiblemente sea el mayor problema de la sociedad del siglo XXI: la falta de empatía. A veces no puedo dejar de preguntarme cuánta gente es consciente de esto y permanece oculta para no renunciar al amor, aguantando el odio que diariamente transmite nuestro sistema viciado porque no quieren entrar a jugar a ese juego, esperando pacientemente el día en que vuelva a salir el sol, y podamos salir todos a la calle a gritar que no estamos solos. Cada segundo que pasa siento que somos más los que sentimos esto, sigamos luchando, sigamos esperando. No estamos solos.

https://www.youtube.com/channel/UCP_oTZy1PxwpAps-rVXoUJg

El video entero es muy recomendable, pero si no teneis tiempo, recomiendo al menos que veais un trocito a partir del minuto 3'54.

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