miércoles, 3 de junio de 2015
Helsinborg
https://www.youtube.com/watch?v=m0HGy7xlJIQ
Nuestro ferry zarpaba de Helsingor sobre las cinco de la tarde. Era la primera vez que atravesábamos las aguas del mar Báltico. Cada metro que recorríamos suponía lo más distante de mi casa en dirección norte que había estado en mi vida. El sol bajaba según nos alejábamos de Dinamarca. Las sensaciones eran muy fuertes, no quería que el barco se detuviese por nada del mundo, pero tampoco tenía prisa por llegar. Cantábamos alegres mirando burlones al sol cuando divisamos tierra.
No puedo expresar con palabras cómo me sentía al pisar tierra. Suecia era uno de los países que siempre había querido visitar. Mi corazón quería escaparse del pecho, vivir intensamente cada efímero instante. Solo aprendí dos frases durante mi estancia:
tack så mycket
Sverige är stor
Y tampoco necesitamos decir mas. Ahora lo recuerdo y me parece muy breve, pero un trocito de mi corazón conserva el color del cielo amarillo que nos vio desembarcar en Helsinborg aquella tarde.
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