jueves, 17 de abril de 2014

Engaño

Quizás el mundo no sea como lo vemos, quizás todo aquello en lo que decidimos creer, todas esas historias llenas de luz y sonrisas que nos iluminaban por dentro y nos hacían creer que había que dar cada día lo más maravilloso que tenemos no fueran más que los gritos desesperados de personas equivocadas que, de alguna estrambótica manera, intentaban aferrarse a algo para no caer definitivamente en la oscuridad. Quizás si cambiamos nuestro punto de vista podríamos atrevernos a decir que no existen los héroes, que detrás de cada buen gesto, de cada detalle elocuente, de cada gesto desinteresado se esconden razones ocultas que puedan buscar el bienestar personal de cada individuo, o que escondan sentimientos de vanidad o autocompasión. Es muy posible que nuestros héroes no resulten al fin y al cabo sino ser personas escurridizas y asustadas de la realidad tanto como nosotros, y lo que nos llame la atención de ellos sea la originalidad con la que afrontan esos temores que nos acompañan cada día.


Originalidad... ¿Sabemos lo que es eso? ¿Acaso sigue existiendo todavía la originalidad? ¿Cuántos gestos románticos tienen su origen en películas que hemos visto? ¿Cómo podemos saber que cuando una persona nos da un discurso que nos llega adentro, no lo ha parafraseado de un libro, o de su vecino?


Si construirte como persona no es más que ir incorporando aquello que te gusta de todas las experiencias que adquieres durante tu vida, ¿qué es lo que realmente es tuyo? ¿Somos capaces de valorar a alguien por lo que realmente es y no por lo que aparenta ser?


Y ahora viene la pregunta clave, ¿a alguien le importa de verdad todo esto? Amamos, queremos, compartimos, sentimos, gritamos, lloramos, practicamos deporte, escuchamos música, viajamos... pero a la larga toda experiencia suele resultar monótona. Llega un punto en que las cosas que hacemos dejan de aportar color a nuestra vida, como si nos quedásemos sin pinturas.


Entonces cambiamos. Eso es lo que nos hace únicos. Da igual cuánto imitemos, cuántos sueños persigamos que persigan otras personas, cuántas teorías, lógicas o absurdas, sigamos hasta la muerte porque cambiar es una opción personal de cada uno, que nadie puede tomar por nosotros.


Tal vez puedan engañarnos para cambiar, pero al fin y al cabo, somos nosotros los que nos dejamos engañar.

1 comentario:

  1. Ya tengo una respuesta. Todo estará escrito ya, no vamos a inventar nada nuevo por lo que el hombre no haya pasado. La cuestión es cómo lo reformulamos y nos lo apropiamos para construir nuestra propia historia.

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