martes, 6 de noviembre de 2012

Espera tu turno

Porque emplear tus momentos de debilidad matando el tiempo no significa mas sino rendirte en tus esperanzas y sueños.

Esto es lo que mi amigo Miguel, por ejemplo, escuchaba en sus cada mañana mientras volvía andando del instituto a casa. Para darle una mayor fuerza a lo que quiero transmitir quizás debería contar que mi personaje era un chico con "graves" problemas, que apenas se socializaba o que la vida le había tratado duramente.
Entonces estaría mintiendo. Miguel es un chico normal, como tú y como yo. Sacaba seises y sietes en el instituto, salvo las mates, que solía suspenderlas el primer trimestre para ir después a remolque durante todo el curso, pero siempre acababa aprobándolas, más o menos justito. No es el chico más sociable del mundo, pero puede sentirse orgulloso de mantener amistades desde los cuatro años y de haber conocido a algún que otro personaje pintoresco. Cambió dos veces de grupo de amigos, a los trece y a los 17 años, pero nunca ha tenido que cambiar su forma de ser por nadie. Bueno, una vez estuvo a punto, conoció el amor por primera vez a los 18 años, me refiero al amor de verdad, a una persona de esas que viene arrasando como gran ola todos tus principios y frases repetidas hasta la sociedad en noches de viernes con tus colegas cuando sale el tema chicas: "yo no haría eso ni de coña... ¿ir de compras con una tía, ¡ni aunque fuese el pivón del siglo!... yo no me rallaría tanto pensando en una chica".
Y amó. Y ella también le amó, al menos durante unos cuantos meses, pero acabó intentando imponer su personalidad sobre la de Miguel, vamos lo que viene siendo manejarle, y las cosas empezaron a torcerse. Puedo decir orgulloso que nada de esto salpicó a los amigos de Miguel en ningún momento, él nunca nos dejó de lado a pesar de que a ella no le caían bien y quizás por eso fue que cuando rompieron los males de amores no le duraron más de un par de meses a mi amigo. Aun así, tuvo una época en la que andó algo perdido, cosa de un año o año y medio. Sigue sin embargo agarrándose a su música, a sus amigos y a todas las cosas buenas que le daba la rutina del día a día durante el curso, disfrutando con nosotros con las cosas buenas que nos suceden y permaneciendo al pie del cañón en los momentos duros, y esto es lo que le hace, lo que nos hace grandes en conjunto, porque hay pocas cosas en la vida que te unan más a alguien que permanecer juntos durante largo tiempo, en lo bueno y sobretodo en lo malo, que es cuando más nos cuesta poner buena cara, quizás porque es cuando más nos cuesta reprimir nuestras sombras y nos importa menos lo que los demás puedan pensar acerca de cómo somos en realidad. O simplemente sea fruto de una etapa de sinsentidos en la que no seamos realmente conscientes de las repercusiones que tienen nuestros actos.

En cualquier caso, nos llamó a todos en estos tiempos un poquito oscuros (a pesar de que las ciudades están más iluminadas que nunca) a no dejarnos llevar por las circunstancias y a ser siempre fieles a nosotros mismos, porque al fin y al cabo somos la única persona que, queramos o no, nos va a acompañar hasta el día que cerremos los ojos definitivamente. Hasta entonces: observar, escuchar y especialmente, aprender a tener paciencia.



P.D. La primera frase de la entrada es la traducción de una frase de la canción "Survive", del grupo "Rise Against".

No hay comentarios:

Publicar un comentario