Nadie dijo una sola palabra hasta que llegaron al coche. Entonces Delva abrió la boca. Empezamos bien el partido, ganando 4-0, pero en cuanto metimos el cuarto gol bajamos el ritmo, y llegamos 4-2 al descanso. Después, pasó lo de siempre, comenzamos fríos la segunda parte y acabamos tirando todo a la basura. Perdimos 4-6, y a casa. Protestas, empujones, recaditos, balonazos.... y todo se queda en el campo.
Unas hamburguesas de camino a casa, unas risas recordando viejos tiempos. La próxima maratón de futbol sala es la primera semana de enero en Coslada...
Y la nostalgia de volver a sentirme como hace tres años.
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